KillerCoke
Isidro Segundo Gil, un empleado de una planta de embotellamiento de Coca-Cola
en Colombia, fue asesinado dentro de su lugar de trabajo por los paramilitares. Sus
hijos han tenido que esconderse y ahora entienden, por qué su país tiene fama de ser
"un país, donde el trabajo sindical es como andar con el bolero en el hombro".
Una descripción escalofriante del asesinato de Gil, basada en reportajes en
primera línea, es la parte central de una demanda presentada en Miami en Julio del
2001 contra Coca-Cola, Panamerican Beverages (la empresa más grande de embotellamiento
en Latinoamérica) y Bebidas y Alimentos (una empresa de embotellamiento, que pertenece
a Richard Kirby de Florida y que operaba la planta, donde murió Gil).
En la demanda el sindicato de Gil, Sinaltrainal, el Fondo para los Derechos
Laborales Internacionales (ILRF) y el Sindicato Estadounidense de Trabajadores de
Acero alegan, que los embotelladores de Coca-Cola "contrataban o mandaban a las
fuerzas paramilitares de seguridad, que utilizaban violencia y que asesinaron,
torturaron, detuvieron o de otra manera acallaron a los líderes sindicales".
Minutos después de la llegada de los matones a las puertas de la planta en
Carepa dispararon 10 balas a Gil, un miembro de la junta directiva del sindicato.
Gil fue herido mortalmente. Una hora después otro líder sindicalista fue secuestrado
de su casa. Esa noche un edificio, que contenía el equipo, los archivos y las oficinas
del sindicato fue incendiado.
El día siguiente un grupo de hombres armados volvieron a la planta, reunieron
a todos los trabajadores y les dijeron, que si no renunciaban del sindicato antes de
las 4 de la tarde, ellos también serían asesinados. El gerente de la planta preparó
los formularios de renuncia. Ese gerente tenía relaciones con los paramilitares y
"les había mandado destruir el sindicato", según dice la demanda.
Temiendo por sus vidas, los sindicalistas en Carepa presentaron sus renuncias
y huyeron de la región. La empresa interrumpió las negociaciones del contrato, los
paramilitares se quedaron fuera de las puertas de la planta por más de dos meses y
el sindicato fue destruido. Nuevos trabajadores, que ganaban el salario mínimo ($130
al mes), reemplazaron a los trabajadores con experiencia, que ganaban aproximadamente
$380 al mes.
Las acusaciones contra los asesinos de Gil y siete otros sindicalistas de
Coca-Cola nunca fueron presentadas formalmente. Como muchas otras corporaciones
multinacionales, Coca-Cola quiere controlar la fabricación y la distribución de
sus productos en otros países y recibir las ganancias y al mismo tiempo no quiere
ser responsable por la seguridad de los trabajadores. Pero la ley Alien Tort Claims
Act (ATCA), promulgada por el Congreso de los Estados Unidos en 1789, puede ser usada
para exigir justicia para las víctimas de estos tipos de violaciones.
Varias empresas, que están enfrentando estas demandas de la ley ATCA, dicen,
que están cumpliendo con algún código de conducta voluntaria, que demuestra, que
respetan los derechos humanos. Desafortunadamente, no es posible asegurar, que cumplen
con todas las provisiones en estas iniciativas.
La ATCA permite, que los extranjeros presenten causas en las cortes estadounidenses
por violaciones de los derechos laborales definidos en la ley internacional. La ATCA aplica
la "ley de naciones", que según las cortes federales incluye el genocidio, crímenes de
guerra, la tortura, la detención ilícita y crímenes contra la humanidad.
La Cámara de Comercio Internacional, sedeada en París, que representa miles de
empresas en varios países, ha exigido el gobierno estadounidense, que paralice el uso
de la ATCA para demandar a las corporaciones. "No es aceptable", dijeron representantes
de la Cámara de Comercio.
"Es asombroso, que estas empresas quieren ser exentas de las acusaciones de
violaciones de derechos humanos", dice abogado Terry Collingsworth de ILRF.
Javier Correa, el presidente de Sinaltrainal, agrega: "Queremos justicia.
Queremos, que la gente sepa la verdad sobre qué está pasando en Colombia contra
los trabajadores. Ahora, que ustedes saben, ¿Nos ayudarán?"
Las Víctimas de Cola-Asesina (una lista parcial)
Los líderes sindicales en la lista de abajo trabajaban en las plantas de
embotellamiento de Coca-Cola en Colombia y fueron asesinados. Muchos otros trabajadores
de Coca-Cola han sido torturados, secuestrados y/o detenidos ilegalmente por las
fuerzas paramilitares, quienes frecuentemente trabajan en conjunto con la gerencia
de las plantas.
Fecha |
Nombre |
Planta de Coca-Cola |
|
1989 |
Avelino Chicanoy |
Pasto |
8/4/94 |
José Eleazar Manco David |
Carepa |
20/4/94 |
Luis Enrique Giraldo Arango |
Carepa |
23/4/95 |
Luis Enrique Gomez Garado |
Carepa |
5/12/96 |
Isidro Segundo Gil |
Carepa |
26/12/96 |
José Librado Herrerra Osorio |
Carepa |
21/6/2001 |
Oscar Dario Soto Polo |
Monteria |
31/8/2002 |
Adolfo de Jesús Munera Lopez |
Baranquilla |
Sitio web: http://www.killercoke.org
Correo elctrónico: stopkillercoke@aol.com